Nombre/s: Taxus baccata Linneo Tejo / teixu / texu / texio/ tixu. Otras variedades y especies: Taxus hibérnica p. Fastigiata (tejo de Irlanda). Taxus cuspidata: Tejo del Japón. Taxus celebica: Tejo de China
Familia: Los tejos son un género de árboles coníferos de la familia TAXACEAE. Ésta familia viene del Triásico, hace 1600 millones de años. Nuestro tejo aparece en el Cuaternario.
Etiología: Del Latín, taxus, que a su vez tiene su origen en el Griego, derivado de “taxis”: ordenación en filas o líneas y relativo a la disposición de sus hojas en dos filas. El nombre específico “baccata” : que tiene bayas se refiere al aspecto de sus frutos.
Origen: Norte de Africa, Europa, Cáucaso, Persia y Azores. Tiene un área muy amplia.
Hábitat: Se desarrolla en distintos suelos. Tolera bien los silíceos adaptándose a los suelos arcillosos aunque prefiere los calcáreos. A veces crecen en terrenos rocosos y es indiferente al PH del suelo. Las tejedas se distribuyen entre los 600 y los 1600 m con una altitud media de 1300 y casi siempre en barrancos umbríos, donde hay humedad. Resiste el frío pero las heladas tardías queman sus ramillas tiernas. Tiene gran capacidad de rebrote pero “la cultura” del fuego, entre otros factores, dañan gravemente. Se encuentra de forma aislada o en compañía de hayas o acebos y raramente formando bosques puros aunque sí lo hizo en el pasado, cuando se respetaban más sus entornos.
Toxicidad: el tejo es tóxico para los seres humanos. Tiene un importante alcaloide (la B-TAXINA soluble en agua ) que provoca en caso de ingestión elevada (50 a 10 gramos) la muerte por parálisis del corazón y el sistema respiratorio en 24 horas. Los roedores y los rumiantes pueden inmunizarse al veneno. Sin embargo el caballo y la oveja no pueden ramonear del tejo.
“ Sombra oscura en el desnudo hayedo,
Verde que acompaña al verde brillante acebo,
¡ Árbol totémico ¡
Presencia emboscada en el dormido invierno”
(Patrimonio Secreto. Ed. A. Morteira)
Cultura del Tejo
A causa de las baya venenosas el tejo era considerado por los clásicos como un árbol de las regiones infernales, consagrado a la diosa Hécate, reina de los infiernos. Aún así, se plantaban en cementerios por su follaje perenne y su longevidad, símbolos del triunfo de la vida eterna. Podemos decir que es símbolo de muerte y de vida. También se plantaban junto a casas y cabañas para protegerlas. Los Celtas lo consideraban su árbol mágico. Ha formado parte de rituales, creencias y leyendas. Incluso las ramas de este árbol pagano han sido bendecidas por católicos el Día de Ramos. En varias culturas, sobre todo Atlánticas, además de su sacralidad es un árbol concejil: “la palabra dada al pie del tejo, equivale al contrato firme”. Todo el árbol, salvo los arilos rojos del fruto, es tóxico. Esto explica que en muchos lugares se arrancaran. Las hojas, ramas y la madera contienen un alcalóide muy tóxico (TAXINA) que provoca convulsiones, hipotensión y finalmente la muerte. Se ha usado como abortivo y emenagogo, pero en la actualidad ya no se usa por el grave peligro de envenenamiento.
Según la leyenda su taxina se empleó para envenenar flechas y algunas tribus prefirieron el suicidio con una porción de sus hojas o corteza antes que rendirse a los romanos. (Les aconsejo que se abstengan de autocomprobar la certeza de esta leyenda).
El dicho de tirar los tejos parece que procede de una antigua costumbre consistente en arrojar ramas y semillas de tejo para llamar la atención con fines casaderos. Debo decir que también circulan otras versiones y hay una cierta: esta costumbre hoy sería motivo de denuncia.
También tiene usos tal vez más prácticos. Su madera, por la dureza, se empleó en la fabricación de arcos y ejes de carros. Se decía que “los mejores badajos para los cencerros eran los de hueso de oso o de cristiano, o en su defecto, los de madera de tejo”.
Los Cristianos respetaron muchos tejos plantados en cementerios y otros lugares y los sacralizaron con la construcción de iglesias, junto a las que algunos aún perviven.
El Tejo Milenario (A los habitantes de este pueblo)
un devenir sin tiempo;
inmortales parecen tus raíces sin edad.
Tu infinito tronco milenario,
recodo de soledades,
sostiene tu belleza muda
como ofrenda a la tierra que te alienta.
Estás hecho de misterio y de silencio,
de esa hermosa quietud que dan los años,
Adquirida por el arcano temblor de lo incierto.
Sólo el aire desmelena tu hermosura,
cuando esparce el aroma de tus ramas;
sólo el viento pregona la sencillez
de tu grandeza.
Tú perteneces al reino de la sombra,
cobijado en la memoria de los que se fueron,
y te entregas como símbolo de lo eterno.
Ciego ha sido, algunas veces, tu destino
al albur del olvido y la metralla.
Pero nosotros, fugitivos de la noche,
estremecidos por la duda, te buscamos;
mientras tú, árbol milenario
sigues mudo,
sin oír que mi mirada
anhela la eternidad que tú pregonas.
Junto a ti la luz se vuelve tibia, cercana
se siente una voz sin hebras
acunada por el misterio.
Venimos aquí a vivir un tiempo.
sin reloj, sin calendario;
Y nos dejas absortos, sobrecogidos,
prisioneros de un un sé que
confuso, entreverado de emoción
y de nostalgia.
Tú, viejo amigo imperecedero,
calladamente derramas tu sombra,
tu sombra de soledad.
Julia Enciso Orellana
Forma de la copa: en la juventud la tiene cónica con el follaje ovoidal irregular en la vejez. Color: verde oscuro. Muy denso y perenne. Porte: Arbusto bajo, sobre 15 m de altura. A veces los supera. Ramas horizontales y ascendentes, de porte cónico-piramidal. Crecimiento: muy lento. Su tronco aumenta 2,5 cm al año.
Hojas: aciculares perennes, aunque se van renovando cada 8 años en primavera. Miden de 10 a 30 mm de longitud y 3 de anchura. Son planas, lineares con un corto peciolo, enteras y agudas pero nunca punzantes. Tienen dos anchas bandas longitudinales bien definidas, dispuestas helicoidalmente o si no peinadas en dos hileras siempre con el nervio central bien marcado. Consistencia flexible. Son glabras: sin pelos, lisas. El haz (parte superior) es de color verde oscuro y brillante y más pálido por el envés (parte inferior) ,éste con dos bandas verde amarillentas.
Flores: Unisexuales, pequeñas, verdosas y solitarias. El tejo tiene las flores masculinas y femeninas en distinto árbol; es un árbol dioico. (sólo un 6 % de las especies en la flora mundial son dioicas en laactualidad). En Hungría se han localizado tejos que cambiaron de sexo. No obstante a veces aparecen tejos hermafroditas. Las flores masculinas aparecen en las axilas de las hojas, en conos globosos axilares de color amarillo hasta 14 anteras y orientados hacia el suelo. Desprenden el polen de febrero a abril. Las femeninas, en los ejemplares hembras, tienen una escama estéril o varias imbricadas. Son conos axilares ovoides, diminutos rodeados en la base por una bráctea verdosa acopada, parecida a una bellota pequeña. Pueden estar solitarias o emparejadas. Florecen cada año en primavera o a finales del invierno.
Frutos: polinización y fecundación. El grano de polen es el mayor de las gimnospermas y muy ligero. Poliniza muy tempranamente, de febrero a marzo. El polen llega a la flor femenina a una gota micropilar incolora y es reabsorbida por la nucela y dirigida hacia el óvulo. La fecundación se completa en unas 7 semanas. La bráctea mencionada se va desarrollando y formando en septiembre un arilo carnoso o falso fruto envolvente de color rojo escarlata intenso. Las semillas maduran de septiembre a noviembre. Deja ver 1 sola semilla en la punta. El arilo es comestible, de consistencia gelatinosa y de sabor dulce, pero no la semilla, por su veneno. Tiene forma ovoidal con una depresión en el ápice y 1 cm de diámetro. Posee un alto contenido en agua (80%), carbohidratos, proteínas y fibra y menor cantidad de lípidos que otras drupas y bayas. Es un buen alimento para muchas aves, sobre todo migratorias por su alto contenido de azúcares. El tejo empieza a fructificar a los 40 o 50 años de edad. Lo hace un año abundantemente y luego escasea varios años (becería).
Tronco: erecto, grueso, nudoso y muy ramificado desde la base. A menudo se presenta en forma arbustiva con varios troncos principales incluso formando amplios paraguas protectores para la fauna. También sirve de cobijo para procrear pues protege del frío y también del calor.
Corteza: pardo-rojiza, delgada y fina y uniforme. Se desprende en tiras.
Madera: textura fina y uniforme, de mucha densidad. Es inodora, dura y compacta, tenaz, elástica, imputrescible y resistente . Recién cortada es rojiza, pero al cabo de cierto tiempo de estar en contacto con el aire se torna de color castaño. Tiene un rápido secado sin agrietarse. Por todo ello es muy apreciada en ebanistería y torneros para tallado y grabado. También se utiliza para fabricar arcos, dada su elasticidad y facilidad para curvarse. De ella se hacen zuecos y llaves de barriles.
Longevidad: muy alta, puede llegar a 1500 años. Un ejemplo lo tenemos en Lebeña, plantado en el S.XI, cuando se construyó la iglesia.
Interés ornamental: en jardinería es muy apreciado por su color permanente verde intenso, compacto y persistente, adornado con el rojo de sus frutos en otoño. A veces se utiliza como seto.
Recogida y conservación de frutos y semillas. La recogida de los frutos se realiza a mano tan pronto como maduran. La semilla se extrae haciendo pasar por un macerador con agua, separando la pulpa y las semillas vanas por flotación. Luego se dejan secar y estarán listas para plantarlas o almacenarlas durante 3-4 años en arena o turba húmeda a baja temperatura. Da muy malos resultados sembrar los frutos enteros.
Multiplicación del tejo / Regeneración de las tejedas: Vegetativamente. Se preparan estaquillas a principios de otoño y se conservan durante el invierno, enterradas en arena en cámaras frías para plantarlas al inicio de la primavera. Este método ofrece bastante dificultades y el éxito es pequeño. Por injerto. Se utiliza especialmente para obtener pies con gran abundancia de frutos, muy cotizados en las plantaciones ornamentales. Germinando las semillas. En la naturaleza germinan, a unos 15 grados, muy lentamente, en la segunda primavera después de su diseminación. Esta lentitud en la germinación se debe al doble letargo que suelen presentar. Su dispersión corre a cargo de aves y otros animales que ingieren sus semillas y las transportan a otros lugares ya inhibidas de su letargo después de pasar los frutos por su tracto digestivo. Aceleran mediante la acción de los jugos gástricos la erosión de la cubierta externa de la semilla y mitigan la latencia morfológica lo que que facilita la germinación durante los meses de abril y mayo. Para producir plantas en vivero se recurre a la escarificación mecánica o química de la semilla para producir efectos similares. Se introduce arena húmeda a una temperatura de 1-5º durante 3 o más meses. También puede dar buen resultado una escarificación en caliente (20-30º C ) durante dos meses o más seguida de otra a 0-4º C durante un período similar de tiempo. En laboratorio no se consigue la germinación de esta semilla. (…) Sin embargo, C. Broertjes en sus experiencias con semilla de tejo obtuvo muy buenos resultados (54 % de germinación) cuando puso la semilla en agua fría durante 1-2 semanas. (…). Lo que da mejores resultados es la siembra en otoño, teniendo lugar la geminación al tercer año. También se pueden hacer siembras de primavera con semilla tratada. Estas siembras se hacen a boleo o en surcos, cubriendo la semilla con una capa de tierra de 1 a 2 cm de espesor y también con acículas o paja si se siembran en otoño. Cuando germinan soportan mal el sol y las malas hierbas y por supuesto nuestros pisotones.
Documentación recogida por Carlos Rodríguez del grupo de Herbarium 2014 en Fundación Cerezales.
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